Metanoia, educación infantil, modelos transdisciplinares y ecología.



Tras la visualización del video y la lectura del artículo de McWilliams, podemos concluir que los infantes aprenden mejor desde contextos familiares (experiencias e interacciones con sus familias) y no desde contextos ajenos o artificiales (centros médicos o instituciones). Estas actuaciones no atienden exclusivamente a los infantes sino a toda su familia desde procesos dinámicos e individualizados (cada persona es única e irrepetible). Basados en las necesidades de las familias y no exclusivamente en los déficits o carencias del infante. La mejor manera para prestar la atención es un modelo transdisciplinar (y no multidisciplinar) capitaneado por un profesional en particular (apoyado por un equipo de profesionales) basado siempre en estudios empíricos actualizados y códigos deontológicos (evitando tratamientos sin validar) y esos resultados serán visibles en los menores.

Como comenta el ponente McWilliam, se ha dado una evolución en EE. UU o en la actualidad en Portugal y Nueva Zelanda, donde el modelo de educación temprana se lleva a cabo en los contextos familiares (domicilio o lugares familiares para los pequeños). Tal como se ha demostrado empíricamente, la evolución del enfoque que ha pasado de estar centrado únicamente en atender al infante en exclusiva hacía un enfoque holístico del menor teniendo en cuenta la perspectiva ecológica de Bronfenbrenner (el infante, su familia y su contexto educativo deben estar en el centro de todo el proceso). También la evolución del modelo multidisciplinar hacia otro transdisciplinar basado en la práctica de rutinas, un cambio de mentalidad y una catarsis respecto al modelo clásico de intervención.

En conclusión, es muy beneficioso para mejorar la calidad de vida del individuo (niño/a) y por ende la de su familia. Esta última, por regla general, es la mayor interesada en la buena evolución y todos los beneficios de sus infantes, por ello las visitas domiciliarias con apoyos (consulta familiar a domicilio) se realizan no para sugerir cosas a la familia sino para consultar con esta y encontrar la solución más eficaz y adecuada. No hay que olvidar (y de ahí la importancia del ecomapa durante este proceso) toda la ecología familiar, para ofrecer sus apoyo formales e informales, siendo estos segundos muy importantes (familia extendida, amigos, etc.). Este modelo ofrece muchas ventajas, a parte de las del propio proceso de aprendizaje en el contexto familiar y social del menor (apoyado por teorías psicosociales como Vygotski y la poderosa influencia en el desarrollo y aprendizaje del infante). Quiero destacar la ventaja que supone para la propia familia y como contribuye a que tenga una relativa “vida ordinaria”, ya que todo este proceso se implica en un contexto de accesibilidad sin romper sus rutinas cotidianas. Además, que el profesional se adapte a la realidad de cada familia (horarios, sea él quien se desplace y no al revés) facilita enormemente todo el proceso (especialmente en familias monoparentales o con horarios laborales complejos).

Por supuestos, la administración y el poder ejecutivo debe aunar esfuerzos para facilitar políticas y modificar los criterios actuales de actuación a nivel nacional. Si “abrimos los ojos” tal como comenta María del Carmen, y aunamos esfuerzos mejorando también la calidad, optando por un cambio de modelo (dejando a un lado el “rol de experto”) para respaldar y otorgar una mayor responsabilidad en la toma de decisiones a favor de las familias (trabajando siempre desde las rutinas y los contextos ordinarios y naturales de los infantes). Lograremos unos estupendos resultados (tal como nos ofrecen los estudios de investigación de los países que han decidido cambiar al modelo del ponente McWilliam) que se traducirá en una mejora en la calidad de vida de esos infantes y de sus familias. Rompiendo una lanza a favor, en la última década, progresivamente muchos centros de atención temprana aúnan fuerzas por una intervención centrada en la familia (Bugie, 2002) dado que la investigación científica avala en sus resultados mayor satisfacción en las prácticas profesionales, creencias de autoeficacia, conducta parental y mejores percepciones de los padres en el desarrollo de sus hijos (Dunst, Trivette y Hamby, 2007).

No obstante, enlazando de nuevo con la aportación de Maria del Carmen la actualidad muestra, que no existe un plan formativo para compensar las carencias y necesidades en materia de formación de nuestros profesionales en las particularidades de este modelo de intervención centrada en las fortalezas de las familias (Escorcia, García-Sánchez, Orcajada, y Sánchez-López, 2016).

Lamentablemente mientras escribía esta intervención leí el siguiente tweet de la presidenta de la C.A de Madrid. Ayuso: “A mí me gustaría que la educación fuera gratuita para todo el mundo. Pero si el 50% del presupuesto va a la sanidad y el 50% a la educación, dígame cómo va la gente al trabajo, cómo recogemos las basuras, qué hacemos con las residencias… No puede ser todo gratuito” pic.twitter.com/hdyFZGMdDf — El HuffPost (@ElHuffPost) October 14, 2021

Es una lástima que algunos de nuestros líderes políticos desconozcan que la educación obligatoria no es gratuita; es de financiación pública.

¿Consideráis que en España la ideología del poder ejecutivo ha condicionado esta evolución en comparación con otros estados donde la sanidad y la educación son valores transversales independiente del color político? ¿Creéis que la reciente ley educativa LOMLOE va a contribuir en los próximos años en una mejora de la educación temprana?

Se puede decir, que el modelo basado en rutinas es básico para el aprendizaje de los infantes dentro y fuera de un aula y que, hoy en día, está bastante integrado en todos nosotros. Los infantes son seres amantes de nuevos conocimientos y absorben lo que ven durante su práctica diaria. Por ello, los educadores debemos actuar como un ente transmisor de valores y buenas prácticas y ayudar a entender a las familias que ellos son su mayor referente. En esta etapa educativa, la relación familia-escuela acostumbra a ser estrecha (salvo contadas excepciones). Es nuestro trabajo como docentes, debemos estrechar esa relación y conseguir involucrar a las familias desconectadas del desarrollo de sus hijos/as. Podemos proponer actividades que hagan partícipes a los dos (infantes y núcleo familiar) desarrollando un vínculo y apego más estrecho y por consecuencia mejorar la relación familias-docente. Invitando a los discentes que nos expliquen qué han hecho durante el fin de semana, que nos cuente las actividades que más les gusta llevar a cabo en familia. Estos ejemplos de actividades nos pueden otorgar herramientas para orientar las relaciones que queremos estrechar.
 
Conocer un poco mejor las actividades habituales de una familia y su ecología familiar (apoyos informales con los que contamos) nos nutre de información para crear nuevas actividades, dentro y fuera del aula, que resulten atractivas tanto para el infante y su familia. Podemos proponer un intercambio de opiniones e inquietudes a través de una agenda, o utilizando las TIC se puede crear un blog de acceso contingentando a las familias y al centro (práctica cada vez más habitual en los centros educativos), lamentablemente no siempre bien recibida, ya que implica constancia y regularidad para que se produzca un verdadero feedback.
 
También, propondría que los infantes ayuden a cocinar para el núcleo familiar alguna receta sencilla (explicada previamente en clase y propuesta también a la familia) arraigada a tradiciones y valores culturales. Por ejemplo, aprovechando que en el aula hemos trabajado la estación del otoño y la “Castañada”, podemos hacer “panallets” (los menores disfrutan amasando y dando forma a esas ricas bolitas o decorando, añadiendo los piñones). Trabajando su inteligencia emocional (Goleman) desde edades tempranas y fortaleciendo las habilidades sociales debería ser una prioridad para nosotros. Ayudar a la familia el enfoque holístico de sus hijos, que no solo la materia “lectiva” es lo que va a ayudar a que el infante se convierta en un “ciudadano” sano (en cuerpo y mente) y eficiente.  No quiero olvidar la importancia de la formación continua por parte de los profesionales de la educación.
 
Ideas del artículo para trabajar en tu centro educativo y dar un apoyo:
Basándome en el enfoque y paradigma de McWilliams y teniendo en cuenta los 7 puntos de los que habla en su conferencia, soy plenamente consciente del enorme trabajo que tienen que realizar las instituciones en nuestro país para poder alcanzar ese modelo transdisciplinar en atención temprana. Por mis otros estudios soy partidario de la importancia de la psico-pedagogía social (Vygotsky) y de la teoría ecológica de Bronfenbrenner. Todo este módulo refuerza la conveniencia del trabajo en el entorno y en la familia en cuanto al desarrollo del infante se refiere; el principal papel de un profesional en atención temprana es trabajar con la familia y apoyarla (McWilliams, 2016). Trabajando en un centro educativo estimularía, en medida de lo posible, la participación del entorno del discente con actividades dentro y fuera del aula para mejorar los vínculos de toda la comunidad educativa y los diferentes “sistemas” de la ecología del menor.
Concretando (debido a la extensión de la actividad): potenciar el trabajo por rutinas, actividades lúdicas en casa, interacción entre iguales, fomentar la escuela de padres, los materiales, el respeto, el valor de la inclusión, etc. En otras palabras, crear un entorno sano que genere una buena calidad de vida para el infante y la familia desde un enfoque holístico y globalizador. No ver a la familia como un problema, sino como a una oportunidad para mejorar el desarrollo del menor.  “Todo lo que podamos llenar en el cubo de la madre, la madre podrá llenar el cubo del niño" (McWilliam, 2016).

Bibliografía:

Arizcum,  J.,  Gútiez,  P.  y Ruiz,  E.  (2005). La formación  de  los  profesionales de  la Atención Temprana. Madrid: Genys

Belda, J. C., Casbas, M., Del Valle, García Sánchez, E. y Gutíez, P. (2000). Libro blanco de la atención temprana.Madrid: Edita Real Patronato de Prevención y deAtención a Personas con Minusvalía.

Castellanos, P., García-Sánchez, F.A., Mendieta, P., Gómez López, L. y Rico, M.D. (2003). Intervención sobre la familia desde la figura del Terapeuta tutor del niño con necesidades de Atención Temprana. Siglo Cero,34,5-18.

McWilliam, R. (2016). Metanoia en atención temprana: Transformación a un enfoque centrado en la familia. Revista Latinoamericana De Educación Inclusiva, 10(1), 133-173.

Puerto Martínez, E. (2020). Evolución histórica de la Atención temprana. Aula de Encuentro, volumen 22 (núm.1), pp. 318-337.


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